Irakurri ipuin motz eta eder hau.
Un grupo de ranas iba de excursión por el
bosque cuando, sin darse cuenta, tres de ellas cayeron en el interior de un
pozo. El resto se reunió alrededor del agujero, pero al observar lo profundo
que era les dijeron era prácticamente imposible salir de allí, que jamás
llegarían hasta arriba.
Aún así, las tres ranas comenzaron a saltar
para intentar escapar del pozo, pero por más que se esforzaban no llegaban a
alcanzar ni la mitad de la distancia. Desde arriba las otras les decían que no
valía la pena malgastar las fuerzas así, que el esfuerzo era totalmente inútil,
que podían darse por muertas.
Finalmente, una de las ranas se dio por
vencida y murió. Las otras dos seguían saltando y saltando, a la vez que desde
arriba les gritaban que era inútil, que no se agotasen. En unos minutos la
segunda rana también se dio por vencida, se quedó parada y murió.
Pero la última rana saltaba y saltaba, y
cuanto más saltaba más le gritaban desde arriba para decirle que era imposible.
Y cuanto más le gritaban más saltaba, tanto saltó que, de pronto, sin saber muy
bien cómo, se apoyó sobre un saliente del pozo y de ahí a otro y desde ahí
consiguió salir del agujero.
Una vez a salvo, las otras ranas le
preguntaron:
- ¿No oías lo que te decíamos?
- ¿Qué? -contestó la rana acercándose aún más
al resto.
- ¡Que si no oías lo que te decíamos! -le
gritaron más fuerte al oído.
- Ah, no muy bien, la verdad es que soy
prácticamente sorda y de lejos sólo oigo ruido. Pero por vuestros gestos sabía
que me estabáis animando para que saliera, y gracias a esos ánimos finalmente
lo he conseguido.